4. Protección

¿Qué tienen en común Marigú y John Snow*? Ambos son bastardos. La diferencia es que John siempre supo que no era un Stark, pero Marigú descubrió que no era una Nieto ya jubilada y durante los trámites para reclamar la herencia que le dejó su papá, César. Está información la hizo pasar de ser una huérfana senior a una huérfana senior e ilegítima. De cualquier manera, una cosa era cierta, ya no volvería a celebrar el Día del Padre.

Te recuerdo que cuando nació Marigú, César esperaba que fuera un niño. Tanta fue su desilusión que no le habló a su esposa durante un mes. La noticia le llegó por telegrama porque era militar y estaba de servicio durante el nacimiento de su primogénita. Por lo tanto, se pospuso la firma de la partida de nacimiento y se olvidó del pendiente. Sin saber que años más tarde, no solo complicaría la sucesión intestada sino que abriría viejas heridas. Y ese olvido se transformaría en el pago inicial del departamento de la psicóloga de Marigú. 


La relación padre-hija siempre fue compleja, César era colérico y tenía una habilidad única para que sus palabras dolieran más que un golpe. Y Marigú era rebelde e indomita, mala combinación. Sus recuerdos más felices sucedían cuando su papá pasaba largas temporadas lejos de casa porque estaba de servicio. 


Cuando una relación es tan mala como lo era la de estos dos, los buenos momentos parecen valer el triple. Marigú regresaba a casa de la universidad por el camino de siempre, pero esta vez acompañada por un hombre que caminaba bien cerquita a ella y sostenía un cuchillo a la altura de su cintura. El derrotero final era una obra en construcción, donde el malandrín empezó a manosearla. Los planes eran claros, violarla. Marigú rogaba para que no la bese con su aliento a sarro añejo. En medio del forcejeo, ella se serenó y le dijo que podía conseguir dinero. Le ofreció una cadenita de oro y entregó su carné universitario como garantía. Logró convencerlo de que sin ese carné jamás la dejarían regresar a la universidad y le creyó.


Volvió a su casa pálida. Pidió dinero a su papá y mamá, sin dar explicaciones. Cuando se enteraron para qué lo necesitaba, César llamó a su vecino policía y este le dijo que tenía sospechas de quién podía ser el tipo. Al parecer era habitué en un bar de mala muerte, pero necesitaba que su hija lo reconozca. César buscó su revolver y se fue con Marigú. Entraron al bar acompañados de tres policías y cuando reconoció al hombre, se lo llevaron en una patrulla. Parecía que habían triunfado, pero César y Marigú se quedaron solos en este antro y rodeados por la crema y nata de la sociedad criminal. César solo atinó en poner a Marigú detrás de él y salieron del lugar caminando de espaldas, mientras apuntaba con su arma a los malvivientes.


Marigú se sintió protegida como la hija de Liam Neeson en Búsqueda implacable**. Quizá sea por eso que decidió tener las cenizas de su papá en su habitación, junto a las urnas de sus cuatro gatos, cinco perros y un conejo (sí, su cuarto es como la tumba de un faraón). Y cuando reniega de los muchos defectos que tuvo su papá, mira sus cenizas y le pide perdón. Es posible que para que su relación funcionara, uno tenía que morir.


*Personaje de Game of Thrones.

**Película. Sinopsis: cuando su hija es secuestrada por una banda de tráfico de personas mientras está de vacaciones en París, un ex espía no se detendrá ante nada para salvarla.






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