16. Maquillaje

El imperio romano de Marigú es el maquillaje, las incontables horas que ha invertido en perfeccionarlo la hicieron lograr que se convierta en una cirugía plástica sin intervención quirúrgica. Si algunas vez te sorprendiste con esos videos de transformaciones de mujeres coreanas que pasan de ser un 1 a un 10 con productos cosméticos, ver su antes y después provocará que te explote el cerebro y le ruegues que abra una secta de automaquillaje. 

Sin embargo, su principal aliado es su peor enemigo. Por eso, es una fundamentalista del desmaquillante y busca cualquier ocasión para predicar: Por cada día que no te desmaquilles, tu piel envejece cinco

Las manos de Marigú no corresponden con su anatomía de humano toy. Sus dedos son rudos y gruesos, y si tuvieran una etiqueta diría: ideales para trabajos de albañilería. Por eso es tan fascinante verla colocarse las pestañas postizas con ayuda de pinzas diminutas, lo hace parecer un esfuerzo tan mínimo como abrir la canilla de una ducha. 

Durante su última visita a su país preferido, la tienda de productos de belleza más grande de Estados Unidos, Ulta Beauty. Encontró cada ítem de su wish list. Estaba satisfecha de haber cumplido su sueño americano. Luego de llevar su botín a la habitación del hotel, decidió hacer un poco de turismo convencional e ir a darse un chapuzón en el mar de Miami beach. Cuando se puso el bloqueador con color en la cara, unas gotas cayeron en una toalla blanca. A simple vista, las manchas eran desechos corporales. Intentó lavar la toalla, pero la mancha se esparció y pasó de tener el aspecto de un excremento saludable a una diarrea explosiva. 

De pronto, escuchó que tocaban su puerta y era la cleaning lady. Sintió paz al ver que la mujer tenía rasgos latinos, así que procedió a contarle que la mancha de la toalla no era caca, sino bloqueador con color. La mujer la escuchó atentamente y le respondió: I don't speak spanish. De inmediato, Marigú se dio cuenta que explicar con mímica esto no es caca, es bloqueador con color no sería tan fácil como la noche anterior donde pidió en recepción que bajen el volumen de la música de la habitación vecina con dos palabras: music hard

A pesar de sus esfuerzos, siempre se quedará con la duda de si la mujer comprendió la verdadera naturaleza de la mancha o avisó en la lavandería: remojen bien la toalla de la señora de la habitación 5A porque la manchó con caca. Y esta es la historia de la única vez que el maquillaje afeó a Marigú.

 

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